¿Alguna vez te has preguntado cuál es la diferencia entre el arte moderno y el contemporáneo? ¿O si acaso hay alguna diferencia entre ambos? Pues bien, para empezar, los dos términos no son intercambiables. Existe una diferencia, y está basada en rangos de fechas aproximados establecidos por historiadores del arte, críticos, curadores, instituciones artísticas y similares, quienes reconocieron un cambio distintivo que marcó el final del modernismo y el inicio de la era contemporánea.
El arte moderno se refiere a aquel que fue creado entre la década de 1860 (algunos dicen la de 1880) y finales de la década de 1960 (algunos consideran solo hasta la década de 1950). El arte producido después de ese periodo (por ejemplo, conceptual, minimalista, posmoderno, feminista) se considera contemporáneo.
Más allá de los marcos temporales, existen diferencias conceptuales y estéticas entre ambas etapas. Al arte se le llamó "moderno" porque no se basaba en lo que lo precedía ni en las enseñanzas de las academias de arte. Muchos historiadores del arte, notablemente el crítico Clement Greenberg, consideran a Édouard Manet como el primer artista moderno, no solo porque representaba escenas de la vida moderna, sino también porque rompió con la tradición al no intentar imitar el mundo real mediante trucos de perspectiva. En cambio, Manet destacó el hecho de que su obra de arte era simplemente pintura sobre un lienzo plano, realizada con un pincel que, en ocasiones, dejaba sus marcas visibles en la superficie de la composición.
Aunque esto sorprendió al público y a los críticos, inspiró a sus colegas y a las siguientes generaciones de artistas, quienes, ya fuera en obras abstractas o figurativas, experimentaron con formas de destacar más su medio (piensa, casi un siglo después, en Mark Rothko). El arte moderno abarca numerosos movimientos, como el Impresionismo, el Cubismo, el Surrealismo y el Expresionismo Abstracto, por nombrar algunos.
El arte contemporáneo significa arte del momento, pero definirlo más allá de eso y su rango de fechas abierto es un desafío, ya que la propia noción de definir el arte se convirtió en una búsqueda personal para cada artista, lo que dio lugar a posibilidades en constante expansión. Una diferencia clave entre el arte moderno y el contemporáneo fue un cambio en el enfoque, pasando de la belleza estética al concepto subyacente de la obra (el arte conceptual y el arte de performance son buenos ejemplos).
El resultado final de una obra de arte contemporáneo pasó a ser menos importante que el proceso mediante el cual el artista llegó a él, un proceso que ahora, en ocasiones, requería la participación del público. Así que, la próxima vez que estés en una fiesta y alguien empiece a hablar sobre arte moderno, sabrás que no debes mencionar tu escultura inflable favorita de un perro de Jeff Koons.
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